martes, 29 de enero de 2008

Inmersión cultural y caída de tópicos...

A ver, siendo sincera todavía me quedaba la última entrega del diario de viaje por transcribir, pero ahora mismo (depsues de más de un mes, casi dos, porque mi ritmo de actualizaciones no tiene perdón de dios) puess Tromso me parece algo lejano y antiguo y estoy mucho más emocionada con las recientes adquisiciones de mi vida cotidiana, que a vosotros os importarán mucho menos, pero sus aguantais, que pá algo soy yo la que escribo el blog, chincha.
Pues el caso es que ya tengo casa (aliteración del fonema "cas") a más o menos 45 minutos a patita del centro de Bergen, que es mucho para ser Bergen, pero yo estoy encantadísima. La cuestión es que después de las inmensas vacaciones que me tomé llegué a este país sin nada y llena de cajas y maletas repartidas por todas las habitaciones de mi antigua residencia de estudiantes... vaya, un caos vital, como viene caracterizándome desde años ha.
Desde el primer día a buscar casa, y creeme que no es tan fácil. La mayoría de los e-mails que envié ni me los respondieron, y de las respuestas que recibí sólo dos me decían que podía pasar a ver la habitación.
Mira, una de ellas estaba en pleno centro de la ciudad y era muy muuy baratita... pero es que menuda gente. Noruegos de 20 años, gente sin formar en cuanto a caracter... he visto amebas con más reprís, en serio. Uno ni me miraba, ya no digo hablarme, como si le fuese a morder o algo. Y yo más cortada que los brazos de un emo. Imaginate, la casa por no tener no tenía ni salón, cosa que por lo visto no es tan rara en este país donde la gente sale de su habitación para cubrir las necesidades primarias, pero lo de relacionarse con sus campañeros o incluso otros seres humanos lo ven como algo meramente anecdótico, o vaya usté a saber.
El caso que no, que no, que de ninguna manera. Mis raices latinas, si es que alguna tengo, me piden a gritos hablar con la persona que ronca en la habitación de al lado, manías que tiene una. Así que esa casa-chollazo desechada.
Y luego viene la "madhouse" (casa de locos) como sus propios habitantes tienden a llamarla. Al entrar ahí crucé los dedos para que me llamasen, y así fue... y bien contenta que estoy. Es una casa de esas, de las típicas noruegas. El piso de arriba está alquilado a una gente, que por lo visto son los fiesteros que tienen hasta un bar (eso me han dicho, yo nunca he subido) y luego el del medio y el de abajo somos "nosotros": los locos. Entras y... tras dejar los zapatos (costumbre noruega imprescindible que me encanta y cumplo a rajatabla) tienes un saloncito chiquitito, mi habitación y la de otro compañero, grandes en espacio y ventanales, y la cocina... y en el piso del "subsuelo" la habitación de un marine de la armada noruega que todavía no conozco porque está en alta mar y la de otro chico al que casi no he visto porque se pasa el día con su novia, que vive en el piso de arriba (el del bar). Ah, claro, y el baño-vater y el baño-ducha, que aquí se ve que también los separan.
Bueno, yo estoy encantada, y ya habeis visto que todavía no conozco apenas a más de la mitad de los inquilinos, pero da igual, porque por lo poco que he convivido con el único de ellos que se deja ver, he descubierto que noruega no es lo que yo había pensado en estos 6 meses, y esto no es más que el principio.
Por un lado, ya se me ha estado quejando (sí, sí, quejando, cosa que pensé que los noruegos no hacían... pues mira) de los impuestos que tienen que pagar al estado, que van de un 30 a un 60%, y que les deja su supersueldo noruego en un sueldo corriente y moliente español que dice que tampoco es que les de pá muchas cosas. Además dice que el sistema educativo se está devalorizando muchisimo aquí, porque para qué estudiar y endeudarte (dice que paga 500 euros de deuda por estudiar y que le dan 600 euros desde el estado, con lo cual tampoco puede vivir aquí, como usted comprenderá) pudiendo trabajar en algo que no precise una licenciatura y hacerte de oro en vez de pasarte la vida de becario haciendo fotocopias. A mi esta historia me sonó muchisimo a todos los discursos que oyes por todos lados en España, así que en tan sólo un par de horas de conversación sofaril he decidido que Noruega no es cómo yo me lo imaginaba. Además, a eso hay que añadirle que todo esto, y mucho más, me lo contó el chicarrón éste del norte, ¡voluntariamente! y se mostró muy abierto y campechano, haciendo preguntas y de todo... vaya, mucho más majo que mucha de esta gente de países "cálidos" que se tiende a presuponer "abierta"... Impresionante.
Así que no se, mi visión de Noruega está cambiando, y eso que llevo dos días en esta casa... Supongo que al final tendré que aceptar que, por mucho que a mi me encante generalizar, en noruega hay de todo, como en todos lados.