sábado, 22 de diciembre de 2007

Transcripción del diario de viaje III...

Qué pasada.
Es increible. La nieve parece granizo, lo doméstico se convierte en salvaje, el amor se esconde tras la dureza, los paisajes rudos... y esa es la mejor noticia.
Hoy hemos guiado durante una hora un trineo tirado por perros (huskies mezclados con perros X) y es toda una experiencia. Siete personas españolas, viviendo en Noruega, compartiendo naturaleza y el lado más salvaje de nuestra plácida y plastificada vida con un alemán. Ropa caliente, día lluvioso, una canasta de trineo con pieles, dos esquies, cinco perros, un freno y nmucha sebsación de poder dominar el mundo.
Ahora ya sé que no serviría para esquimal, no sería capaz de depender de unos perros y no permitirme quererlos ni un poquito...porque es lo mejor para todos y tu vida puede depender de ello.
Caerte y ser la persona más vulnerable del mundo, pero sentirte sola en la tundra y superior a aquellos que tienen tu vida en sus manos (¿o debería decir patas?). En definitiva, una buena experiencia.

Huele a tienda de animales, a fuego, a té, a trata de chocolate, a pis de perro... Y aullan. Y están nerviosos. Y saltan. Y quieren salir corriendo. Y tiran. Y están agotados, o al menos cansados, pero están ansiosos por hacer aquello para lo que han sido criados: correr. Es el sentido de su vida y están tan inquietos...Nunca podrías imaginar que hacen tanto ruido, ni que tiran tan fuerte. Se palpa la tensión en el aire crispado, no son perros, son animales, se les trata como tales y sirven para lo que siempre han servido. Y el ser humano cobra cierta importancia, al menos así tiene alguna función.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Transcripción del diario de viaje II...

Aquí estamos, en una cabaña cómodamente caótica. En general todo ha sido plácidamente descontrolado. Tenemos una tarjeta de Tromsbuss personalizada con foto, así que nos sentimos un poco más ciudadanas.
Desde luego ésta no es la época del año para la oficina de turismo. Visitamos el museo botánico más septentrional del mundo que nos desconcertó bastante. Al parar con el bus nos encontramos con un gran cartel que nos indicaba una ruta a pie hasta el jardín en cuestión. Eran las 4 de la tarde y aquello estaba tan oscuro como el lado de la fuerza del Darth Vader y, obviamente, con la nieve que levantaba casi un palmo del suelo puess lo de encontrar el sendero se hacía más duro que de costumbre. Confiando en la amabilidad de extraños, seguimos unas huellas en la nieve a través de un oscuro bosque desnudo y llegamos al jardín botánico. Nos dimos cuenta por el gigantesco cartel que nos daba la bienvenida al susodicho, pero allí el único rastro de plantas eran los cartelitos con largos nombres en latín ( imposibles de leer, obviamente, porque era de noche cerrada). Pero así y todo era impresionante, y no por nada, sino por todo.
También fuimos al museo de arte (kundstmuseum) pero vaya, decepcionante, porque tú dirás... todos los pintores románticos noruegos se parecen peligrosamente a los cuadros que cuelgan los abuelos de grandes paisajes y cascadas salpicantes congeladas en el tiempo, vamos, una pena.
Así, resumidamente, llegamos, después de mucho deambular, a nuestra pequeña gran mansión. Es una especie de barracón en el mejor sentido de la palabra. Es precioso. Muchas casitas de colores de madera (para variar) todas iguales e interconectadas. Pero aquí les cuidan: que si sauna, que si todo nuevo, que si habitación para invitados por 100 nok/noche, que si lámparas para sustituir las vitaminas solares, que si pastillas con el mismo fin, que si universidad conectada por túneles subterraneos y estudiantes descalzos... Vaya, que esto es la noruega profunda. Y ayer (tercer día en Tromsø) nos empeñamos en ir al funicular que nos habían dicho que tenía unas vistas magníicas desde arriba. Eso supongo que nunca lo sabremos, porque, contradiciendo la información de la oficina de turismo y de la guía de viaje puesss... estaba cerrado. Así y todo el entorno era apasionante. Ni un ruido, ni un movimiento... sólo nieve. Nieve, nieve blanca, engañosa, blanda y dura, suave y fría. Se extiende ante tí por todas partes como una hoja en blanco donde escribir tu historia. Y yo siempre le he tenido un poco de respeto a la página en blanco. Porque no puedes hacer cualquier cosa, mejor piensa dos veces cuáles serán tus pasos, a dónde te diriges y por dónde irás, porque aunque tú te hayas ido, tus huellas quedarán ahí, en la nieve, hasta que otra nube tenga a bien borrarlas con un nuevo manto níveo. Tus huellas podrá ayudar a otros mostrándoles el camino, sirviéndoles de apoyo para no resbalar... pero también dirán mucho de tí, de lo que hicíste, de qué pensaste, de cómo lo hiciste... revelando incluso aquello que tú no querías decir. Y lo dejarás ahí escrito. Por eso vale la pena ser cuidadosa en cada movimiento, porque cada uno de ellos tiene su importancia.
También visitamos la Artic Cathedral, pero vaya, ni mención merece. Conocimos a una noruega enamorada de España (para variar) en la parada de autobús que nos invitó a ir a verla bailar swing a un bar esa misma tarde.
Pero no pudimos porque llegaron el resto de las viajeras y prefirieron quedarse a descansar.
El caso es que no paró de nevar y ahora ya no te resbalas (tanto) en la calle, pero hace más frío y un viento afilado que corta tus extremidades.
Y yo tan contenta de haber venido en ésta época del año. Cualquier otra temporada hubiese sido un dulce engaño. De esta manera tal vez no podemos ver ningún museo, pero la misma ciudad y la naturaleza se convierten en un museo viviente. Se respira la navidad, que aquí no parece falsa ni consumista. Se respira tranquilidad, silencio...incluso la fe se convierte en un elemento básico de la vida cotidiana cuando tienes que esperar el autobús en una calle llena de casas aparentemente deshabitadas, sin ningún ser humano hasta donde llega la vista, tan sólo oscuridad y nieve, blanco y negro y una señal de "bus stop"... y así y todo esperas bajo el frío invernal porque tienes confianza en que en algún momento las luces de un autobús aparecerán a lo lejos rompiendo la oscuridad de la calle desierta.
Después de dormir ayer, hoy les hemos dado una pequeña vuelta a las nuevas guiris. Antes de reservar la super excursión de mañana: perros tirando de trineos, y de visitar el museo de la universidad (bastante bueno, por cierto) pues hemos llevado a cabo nuestra mayor hazaña: hemos caminado sobre un lago helado.
El cielo era rosa, como puede llegar a serlo la camiseta de sábado de una adolescente, y allí estaba el sol. Increible pero sí, se pasó para saludar. Las montañas intentaban ocultarlo, avergonzadas por lo chillón de un cielo tan habituado al azul, en sus distintas tonalidades.
Y allí estabamos nosotras, en medio (en realidad, más bien hacia la orilla) de un lago helado y nevado.
Jamás había sentido una descarga de adrenalina, una sensación tal de jugar con fuego como cuando pisé por primera vez esa superficie helada. Al menos ya sé lo que sintió Jesucristo cuando caminó sobre las aguas, y mola.
Después, museo de la universidad de tromsø, que tenía un montón de información y gráficos y muñecotes y trajes samis de colores. Ahí nos hemos enterado de las causas y efectos de las auroras boreales. Eso sí, en la realidad nasti de plasti. Así y todo no perdemos la esperanza.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Transcripcción del diario de viaje I...

Bueno, he vuelto.
Ha sido muy raro, muy especial, ligeramente surrealista y muy, muy divertido. Como han sido diez días (cuando yo hable de días entíendase noches) maás largos que longaniza y a mi se me acaba el repertorio pues os voy a ir transcribiendo lo que yo escribí en mi diario de viaje y así ocupo más espacio y parece que actualizo muy a menudo...(quizás no debería ser tan sincera si quiero ser publicista, pero bueno). Aquí va la primera página:

Tras un viaje en tren de 7 horas y una noche mal-dormida en el aeropuerto de Oslo llegamos a Tromsø.
Las calles está heladas, a la noche le sigue el atardecer y de nuevo la noche. Pero así y todo se me ha hecho él día más largo desde que tengo memoria. Son tan sólo las 21 h. y ya estoy deseando dormirme. Llegamos al eropuerto de Tromsø, no esperamos el bus urbano porque no entendimos dónde para (según el empelado del narvessen -kiosko- para en la sala de espera de las maletas, asi que desechamos su información por ser poco fiable). Cogemos un taxi. Taxista calvo que pregunta por radio a un colega dónde está la oficina de turismo, o sea, un pequeño dejà vu de un taxi español cualquiera, si no fuese porque las carreteras son en su mayoría subterraneas.
Llegamos al sitio en que consideramos que nos atenderían con amor y nos tenderían sus cálidos brazos: la oficina de turismo. Y está cerrada.
Así y todo, la señora nos da un folleto en menos de un minuto y nos dice qué sitios son "los menos caros" para dormir. Menos da una piedra.
Nos decidimos por el AMI Hotel básicamente porque era el único que costaba menos de 60 euros la noche. Al llegar comprobamos que está en la cima de una colina. De una colina helada.
Ha ido la media hora más peligrosa de mi vida, arrastrando una maleta por unos escalones que el hielo había convertido en rampa resbaladiza.
De hecho entré en el hostal y, después de reservar habitación y dejar las maletas y ser informada del horario del desayunudo y demás teonterías puess tuve que ir a rescatar a Amaya y a su maleta, que se encontraban a puntito de llegar, pero amarradas al pasamanos y sin moverse, atascadas. En realidad, nos hemos reído en abundancia.
La habitación aún no estaba libre ni limpia, así que fuimos cordialmente invitadas a pasear por la ciudad. Entonces eran las 12 h. y creeme que parecían las 8 p.m (o las 15:30 en Bergen) . Pero así y todo el azul del cielo era un azul claro, luminiscente, como si el sol hubiese decidido desmaterializarse y fundirse con el aire para estar en todas y en ninguna parte al mismo tiempo.
Y luego las montañas. Blancas,con rayotes negros, e imponentes no tanto en su altura como en su forma de viejas guardianas que mueren vertiginosamente en el agua.
El agua, no tan calmada como cualquier otro fiordo, agitada, oscura, negra y sin espuma. Y las luces, luces por todas partes, porque es de noche y porque es navidad. Candelabros piramidales en las ventanas que iluminan cálidos interiores de las casas noruegas. A este país hay que viajar quedandose en casas de noruegos, que son casi más bonitas que el paisaje.
Todo cerrado, nada por las calles. Algo de comida (basura) en el 7 eleven y confianza en conseguir algo mejor mañana, si es que abren.
Consultas para arriba y para abajo del folleto de turismo (nuestro único y preciado tesoro) y decidimos ir al ultraconocido museo Polaria.
Tres focas y un video en 4 pantallas, pues menuda. Está mucho mejor el acuario de Gijón, no por nada. En la proyección del video e las Svalbard casi nos dormimos, así que rumbo al hostal, que ya debería estar reluciente.
Yo dormí dos horas, no pude evitarlo, acompañada por una película-documental de cine mudo sobre la vida de un esquimal (interesantisima en los trozos que abrí un ojo, rodada por aquello de los años 20-30).
Y luego, todavía a las 5 h.de la tarde.
Pues nada, vámonos a algún bar (porque a todo esto desde la 13.30 o las 14.00 ya era noche más que cerrada). Conseguí caerme de culo en el hielo (la primera desde que estoy en Noruega, ya tardaba) y decidí acto seguido proseguir el desceno por la nieve, bastante menos resbaladiza.
Acabamos en el Blå Bar, muy pintoresco local rockero de cuatro plantas decorado con discos, carteles firmados, baterías, fotografías... todo muy oscuro, velas de IKEA, sofás y rincones, menús y cervezas.
Por lo que hemos visto en cuanto a hamburguesas viene a ser el sustituto local del McDonals (por lo de la asistencia de famlias, con niños incluidos) pero sin McMenus, payasos globos y demás memeces. El caso es que me gusta mucho, supongo que volveremos mañana.
Y nada, ya eran las 20 h. de vuelta al hostal, un risoto de caja, una consulta a Internat y pá la cama, que somos niñ@s de la nueva generación.
Creo que Tromsø va a gustarme.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Bergen-Tromsø

Escribo simplemente para comunicaros que este sabado partiremos raudas y veloces en un cómodo tren que, atravesando montañas nevadas, conduce hasta Oslo, donde el domingo cogeremos un avion que nos depositará más o menos suavemente (dependiendo de la pericia del piloto) en la ciudad con la universidad más septentrional del mundo: Tromsø
Ahora mismo lo que os puedo contar de dicha ciudad es lo que aparece en las guías de viajes y en las páginas de la oficina de turismo, pero despues de pasarme alli 10 días espero volver con bastante más información de primera mano. Pero bueno, para que os hagais una idea, es una ciudad que está dentro del círulo polar artico, por lo cual no tendremos día, sino 24 h. de noche, y con un poco de suerte veremos las famosas auroras boreales, que por mucho que me expliquen milongas sobre cargas electricas, no llego a entender cómo el cielo puede ser verde, morado, etc...Para parar los autobuses me han dicho que necesitan unos conos luminiscentes, como los que tiene la policía para indicarte que estaciones tu vehículo a un lado de la calzada, porque si no a ver cómo sabe el conductor que estás en la parada...El caso es que tenemos que comprarnos linternas, y yo ya me he comprado un gorro que parece que lleve un castor alojado en la cabeza. Eso sí, más por prevenir que otra cosa, porque gracias a la magnifica influencia de nuestro bienamado golfo de méxico las temperaturas en Tromsø en estas fechas no bajan de los -4º o incluso sobre cero también nos encontramos algo.
Bueno, ese es el caso, que espero ansiosamente intuir la ciudad (porque lo de verla no está tan claro) y pagar 100 euros por irme de excursión en un trineo tirado por huskies...guiri que es una.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

DoLK y el arte conceptual en Bergen...

DoLK es un artista-urbano (que progre me ha quedado esto, creo que estoy a punto de comprarme unas gafas de pasta) que utiliza plantillas para epresar con ironía y humor su crítica a la sociedad de nuestros tiempos. El caso es que es una persona (de identidad desconocida) muy famosa, que tiene obras en casi cualquier parte del mundo: Barcelona, Polonia, el muro de Berlín... Pero su sede, su centro neurálgico de operaciones, lo tiene en Bergen.


Y podeis tomaroslo a guasa si quereis, pero yo estoy muy orgullosa de él/ella, y me complace pensar que habito su misma ciudad... y es que el personaje en cuestión es realmente bueno.


Estas son algunas fotos de sus trabajos que he sacado de este otro blog donde hay una entrada dedicada a él y un par de vínculos a una entrevista con él, etc...
Pero DoLK no es el único artista de la New Era que tiene su base en Bergen. Y es que vaya usted a saber por qué, esta es una ciudad "guay"

Y el caso es que ya me estoy empezando a preocupar, porque una se escapa de Barcelona pensado dejar atrás a esa extraña gente de cortes de pelo setentero con mallas de colores incombinables y amor por las palabras inglesas para desginar movimientos incluso antes de que surgan. Pero no, se ve que me persiguen, que estan en todas partes o vete tu a saber qué es, pero la verdad es que para lo pequeño que es Bergen esto está plagao.


Por ejemplo, aquí todos llevan, ademas de las Converse (cosa que tiene muchisimo merito, si tenemos en cuenta el frio que hace y todo lo que llueve y que, eso y unas alpargatas vienen a proteger lo mismo) pues su pañuelo "palestino" cuidadosamente teñido de colores como naranja, verde, etc... Pero no como en españa, que lo llevan los progres que quieren ser arrastraos/proletarios, asi como con intención de tener conciencia política... Aquí lo llevan los guays, a secas. Y se lleva el diseño una pasada. Es lo más in de lo más in.
Djs que pinchan nuevos estilos de música con nombres larguísimos (que yo me pregunto pa que se complican tanto la vida denominadolos si al final suena tó mah o menoh a lo mismo), conferencias públicas sobre actualidad a las que siempre asiste algun profesor de alguna universidad y tratan de temas como la ola socialista en latinoamerica, el movimiento de los sin tierra, el cine en los paises en vias de desarrollo (como mi asignatura del segundo semestre)...Vaya, todo ese tipo de cosas están a la orden del día.

Pero es que además los festivales se suceden de una forma loca. Primero el BIFF (Bergen Internasjional Film Festival) con una programación muy buena, dicho sea de paso, al que suceden el Festival de Teatro y Danza de Bergen o La semana Internacional (con conferencias, películas, conciertos, etc... para acercar otras culturas). Pero esto es progre, sin más, hasta aquí se parece bastante a Gijón, pero yo os he dicho que Bergen es como Barcelona, y pienso demostrarlo...

Primero el Festival de Nueva Poesía de Bergen, que nuestro profesor de Digital Media Culture nos rogó encarecidamente que fuésemos, lo cual ya de por sí no puede ser buena señal, o al menos indica que muy normal no va a ser.. según sus propias palabras "Some of the world's most interesting experimental poets are going to be here in Bergen". (Si no habeis oido hablar de la new media poetry echdle un ojo a este link... hay para todos los gustos colores y tamaños. Yo me he pasado un semestre analizando de estas cosas y al final se les pilla cariño). Y ahora, dentro de poquito, otra cosa del estilo, el PIKSEL Festival... tambien máquinas que interactuan con el hombre, inteligencias artificiales para que al final acaben haciendo obras de arte conceptual de estas que nadie realmente entiende, así que para qué esforzarse tanto en crear una programa que parezca tan listo como un humano, pá que luego te salga artista del new media, menudo desperdicio....
Además está el museo de arte contemporaneo de Bergen, que tiene joyas divertidisimas en su exposición permanente, como bien demuestra este video ....vaya, para que luego digan que los artistas son unos holgazanes, atended que crítica al sistema productivo y a la explotación animal.
Pero bueno, yo me quejo, me quejo... y en el fondo bien que me gusta...porque por lo menos las plantillas de DoLK me alegran mis paseos.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Nieve, Arco Iris y otros fenómenos meteorológicos...

Esta nevando en Bergen!
Que sensación descorrer las cortinas por la mañana y encontrarte un nube de copos blancos flotando por todas partes como pequeños hombrecitos con paracaidas...caen tantos que parece que haya niebla cuando miras a lo lejos desde la ventana de tu habitación.
Y en cinco minutos la montaña de enfrente se ha convertido en una fotografía en blanco y negro donde sólo los troncos de los árboles permanecen de su color original. Y mientras, los copos siguen cayendo poquito a poco, deslizandose con el viento, a veces más grandes y más furiosamente, otras más pequeñitos y disfrutando del vuelo.
Y entonces la nube pasa... y sale el sol. Un sol tremendamente amarillo que ilumina las ramas más altas de los árboles, como una corona dorada, hasta que otra nube llegue con su manto de algodón.
Aunque supongo que me acabaré cansando de ver nevar (por ejemplo hoy tenía que ir hasta el lidl a comprar comida y no creo que pueda) por ahora es una emoción tan grande, como si la naturaleza se vistiese con un traje de gala y cobrase protagonismo, como si se mostrase bien orgullosa y con la cabeza alta, enseñandote toda la belleza inigualable que olvidamos y destruimos en nuestro día a día. Pero para mi, habitante siempre de ciudades costeras, nevar sigue siendo algo muy mágico a lo que no estoy acostumbrada. Así que aquí me teneis, sentada al ordenador, mirando por la ventana embobada, escuchado la banda sonora del señor de los anillos (de ahí mi poesía épica) y creyendo en trolls, trasgos y en todo lo que haga falta (en lugar de preparar un trabajo de la universidad que tengo que entregar hoy...vaya, mas de lo mismo).
Y ayer he visto el arco iris más definido y mas perfecto de toda mi historia. Saliendo de clase ahí estaba... con sus siete colores, que yo incluso creo que era alguno más, el doble arco iris por encima de Bergen. De hecho claramente se veía el punto donde nacía y moría el arco de medio punto más colorido de la historia de la arquitectura. Pero lo de ir hasta allí ya era más complicado, porque además si ahí está la fortuna para nuestra cultura, para los noruegos ahí viven unos duendecillos verdes que tampoco te creas que me hacía mucha ilusión conocer (sobretodo teniendo en cuenta que aquí los trasgos son sanguinarios, malvados y con dientes afilados, a saber cómo serán los duendecillos...).
Porque después de ver ese arco iris, que parecía pintado sobre las nubes, y después de ver el reflejo dorado del sol sobre la nieve recién caída te das cuenta de que es un país mágico, en el que ni los fenómenos meteorológicos son normales y cada día te sorprenden con algo que los urbanitas no hemos visto más que en postales y películas.
Y así, rodeada de esta naturaleza amante del espectáculo, coqueta y exhibicionista, tomas conciencia que aqui el protagonista no eres tu y te quedas sobrecogida con una gran sensación de felicidad. Es la mejor cura contra el egocentrismo.

viernes, 26 de octubre de 2007

Brann y Rasteira

Desde hace unos cuantos días el Brann es el campeón de la liga.
Imaginaos, el brann (del noruego, incendio) es el equipo de Bergen, una ciudad de unos 240.000 habitantes que llevaba 44 años sin ganar la liga noruega. Y lo ha hecho. Y lo mejor es que no se cómo.
El sábado pasado sali de trabajar y me encontré la ciudad súbitamente teñida de rojo. Todo el mundo, y me refiero a todo el mundo, llevaba bufandas, camisetas, sudaderas, gorros, incluso cascos de bombero (por aquello del incendio, digo yo) del Brann. Y al llegar a la plaza del kiosko de musica nos encontramos con un pantallón terrorífico y con un montón de banderas rojas ondeando al viento. Y los autobuses y muchos coches llevababan unas pequeñas banderolas atadas a los retrovisores. Brann, Brann, Brann, como bien dice su himno.
Asi que no lo pudimos resistir y yo, reitero, yo, antifutbolera que siempre critica la absurda afición desmedida de la gente, baje a la ciudad a ver el partido Brann-Alesund. Tengo que aclarar que en realidad bajé como un experimento sociologico, porque estaba deseosa de ver cómo se comportaba toda esa muchedumbre de noruegos borrachos eufóricos. Aquello podía ser dinamita.
Pero el caso es que fue aburridisimo. En aquella plaza se calcula que había más de 100.000 personas, para 240.000 habitantes que hemos dicho que hay en la ciudad es una cifra más que considerable de noruegos ebrios...Pues nada, ni con esas. Un partido aburridisimo, el Alesund todavía jugó algo, pero se pasaban el rato p'arriba y p'abajo y vuelta a empezar. Y el Brann empezó (y terminó) perdiendo. Así que ya tenemos a una masa de nordicos, borrachos y deprimidos. Y deprimidos son como un gato mojao, esos terribles vikingos de estructura ósea poderosa y melena al viento se quedan en nada.
Pero lo que más me chocó fue que lo que hubiese podido ser el gol del empate (con lo que ya hubiesen ganado automaticamente la liga) se anuló en una decisión controvertida, un fuera que no se sabe si fue tal, y yo me tuve que enterar 3 minutos más tarde, y porque me fijé en que el marcador no se movía. Pero es que nadie, nadie, nadie protestó. Nosotros les preguntabamos muy serios a los noruegos de nuestro alrededor: "¿Os acaban de anular el gol?" -"Sí" decía aquel hombretón con su cerveza en la mano y enjugandose disimuladamente una lagrimilla "¿Y no os enfadais? ¿No insultais al árbitro?". Pues no, parece ser que el sentido de la obligación lo tienen mucho más que incrustado. Y es que si el arbrito dice que eso no vale, eso no vale y nada de andar berreando como en españa contra la autoridad todo el rato, que si están ahí será por algo.
Y luego piensas, claro, así nos va como nos va, que quizas nosotros hemos tenido más anarkistas y más revueltas de la necesarias, pero vosotros estuvisteis dominados por Suecia hasta principios del XX, todo por no protestar.
Bueno el caso es que a los 3 días otro equipo (de cuyo nombre no puedo acordarme porque jamás lo supe) perdió en un partido contra nosequé otro equipo, con lo cual el Brann se convirtió automaticamente en campeón de la liga por esas paradojas matemáticas del futbol que jamás entenderé. Pero menos mal que fue así porque, por lo que he visto parece ser que jugando no hubiese ganado en la vida. Ayer jugó contra el Hamburg y volvió a perder... no es de extrañar.
Pero los habitantes de Bergen (no acabo de decidirme entre llamarlos bergenianos o bergenses) tan contentos como si hubiese ganado en el más honroso y disputado partido de la historia del balonpie. Y yo no pienso quitarles la ilusión, que es muy divertido verles con su bufandita roja.
Antes de ayer, cuando la fiebre del brann ya parecía estar algo más calmada la plaza del kiosko de música se volvió a convertir en la protagonista, esta vez en un acto mucho más importante para mí: un conciertito de reggae. Es un grupo que se llama Rasteira y tiene a un guitarrista y cantante brasilero, gracias al cual creo yo que tan cálido grupo llego a tener cuerpo en este frio país. Que te reirás tú pero yo jamás había ido a un concierto de reggae en el que al bajista se le congelasen los dedos y todo el publico estuviese enfundado en abrigos, bufandas, guantes y gorros hasta las cejas.Y no se movían, que decías tú, hijo mio, menéate un poco, ni que sea para evitar la congelación total de tu cuerpo... Pero era divertidisimo estar en el norte escuchando una música tan del sur y pensando que en el fondo no quedaba tan mal ver a un hombre negro de rastas cantando reggae rodeado de árboles caducifolios a 7 Cº. Así que puede ser que el norte y el sur, apesar de ser tan distintos, tampoco hagan tan mala pareja, e incluso es posible que los lemures se encontrase cómodos en el polo norte... quien sabe.
Así que en definitiva esta es mi vida en la plaza, viendo "espectáculos" gratuitos mientras las banderas de "Takk Brann" (Gracias Incendio) ondean al viento.

miércoles, 17 de octubre de 2007

La isla Fedje

Que no, no os preocupeis, que todavía no gano tanto dinero en este país como para irme a las Fitji, así que en lugar de una paraíso tropical me he decidido por un pequeño paraiso a escasa hora y media de Bergen: la isla Fedje
Según mi gurú wikipedia tiene 7,4 kilometros cuadrados y está rodeada de 125 islitas (llamémoslas piedrotas, más bien). En Fedje viven 660 personas, pero permitidme que dude cuantas de ellas habitan allí durante el invierno, y es un enclave crucial para los pescadores.
Y con esta pequeña descripción os direis ¿se puede saber que se te perdió a tí en tan extraño paraje? Pues ni yo misma lo se, pero el caso es que a las 8 de la mañana tres coches llenos de españoles, una estadounidense, de descendencia mexicana, y una japonesa (pobrecilla, creo que no se enteró de nada) partimos con el corazón henchido y los estómagos llenos de café hacia el norte de nuestra comarca, Hordaland (las casas no están semienterradas en las colinas, pero en poco más se diferencia de la comarca de hobbiton cerrado, imagina, hasta cultivan cuidadosamente musgo y hierba en los tejados de las casas, por eso de que queden más rústicas).
Al cabo de una horeja en coche, sufriendo el martirio de la radio noruega que no se la deseo ni a mi peor enemigo, la carretera se acaba y toca coger un ferry.
Bueno, que experiencia, dios mio. Os reireis, pero me he emocionado como una tonta. Y venga a reirme y a dar saltitos... creo que mis amigs se han preocupado un poco por mi salud mental y todo. Pero es que era precioso, una sensación de poder, subida en la cubierta superior de un barco inmculadamente blanco que cortaba un agua gris oscura, casi negra, en un mar donde siempre ves tierra en el horizonte y el sol pincha las nubes dando un aspecto épico al paisaje salvaje. Vaya, una pasada, tengo fotos para aburrir, pero carezco de cable así que vosotros, habitantes de la era audiovisual, os vais a contentar con imaginároslo.
Y luego entramos en la isla. Es una isla bajita, nada de grandes elevaciones montañosas, más bien como un pedreru muy grande al que le ha ido creciendo la vegetación y las viviendas. Y las casas de madera de muchos colores agrupadas en reunión, bajando desde la pequeña colina hasta la superficie misma del agua, como un grupo de coquetas señoras que se acercan emocionadas a mojarse los pies. Y dándote la bienvenida una iglesia alta, gallarda, con su tejado gris hiriendo el viento y su cementerio de pequeñas lápidas tranquilo y sólo visitado por algún que otro gato.
Dimos la vuelta a la isla (más o menos una hora a velocidad de jubilado con colesterol alto y preescripción médica de paseo) y por lo que pudimos comprobar alli la población se deben dedicar en su mayoría a la pesca, porque no cultivan tierras, ni tienen animales (tan sólo un par de ovejas que balaban como heavies con traqueotomía). En busca de un faro, que no encontramos, nos metimos a atajar por el centro de la isla, en el que no hay nada, tan sólo colinas de vegetación donde pisas y te hundes en musgo hasta más arriba de la rodilla, y esto es literal.
Cuando bajamos del ferry la verdad es que no podíamos negar que eramos españoles porque berreabamos todo el tiempo a grito pelao. Pero poquito a poco el cansancio y el hambre fueron haciendo mella y acabamos por callarnos y darnos cuenta de que allí no se oía nada. Y cuando digo nada, es nada. Ni el ligero zumbido que acostumbras a oir, ni un coche en la lejanía, ni la conversación de dos vecinos, ni tan sólo un pájaro... nada. Sólo el soplido del viento en tus oidos, que te dice únicamente lo que tú estás dispuesto a oir.
Y luego llegas al mar, que está ahi, a tus pies, sin arena, ni vallas ni nada de por medio. Y te quedas de pie con el viento frio cortándote la cara y miras lejos y sientes la fuerza de todas las olas, movidas por el viento en arabescos dibujos, de todas las plantas, de todos los líquenes con todas sus raíces rodeando la vieja roca, de toda esa gente callada, de todo ese silencio y piensas que estas flotando sobre el agua, y que de alguna manera su fuerza también es tuya y te sientes más anciana que el principio de los tiempos.
Y es que esta es una tierra para la comunicación interior, y a veces eso nos cuesta aceptarlo. Tenemos miedo, decimos que los noruegos son aburridos, que son autistas...y aunque algo de verdad tenemos, también es cierto que en una tierra así te haces filósofo, te introspeccionas, y no por hambre, como suele pasar en nuestra cultura, sino porque éste es el país para crecer por dentro.

lunes, 15 de octubre de 2007

Obtener respuestas en Noruega

Lo hemos estado hablando seriamente Paula y yo, esto de ir a hacer papeleo en noruega es exasperante.
Porque aquí tu llegas a un mostrador y dices (en inglés, obviamente, que si no el comportamiento de los noruegos estaría perfectamente justificado) "Buenos días, querría abrir una cuenta de banco", por ejemplo. Y ellos te miran muy serios desde su silla giratoria y con los ojos muy grandes dicen la palabra mágica: JA (léase "ya" y entíendase "sí"). Y se te quedan tan anchos. Unos segundos de silencio tenso pasan lentamente y te parece ver el típico matojo giratorio de las pelis del oeste rodando por detrás del empleado en cuestion.
"Pues eso...que..¿.qué tendría que hacer?" dices al cabo de un ratito, no vaya a ser que tenga principios de narcolepsia mezclada con sonambulismo y acostumbre a quedarse dormido/a con los ojos abiertos. Y ahí te empiezan a explicar todos los trámites a la velocidad de la luz. "vete aquí con el papel verde,rellenalo, pide un número en el boton blanco y vete a aquel departamento, les pides un número D... quieres operar por internet?" "sí", dices tu mientras intentas recordar el color de la hoja que tenías que coger. "pues entonces se lo dices y te darán un papel rosa que luego tienes que activar y te mandarán una carta con un código que tienes que traer para confirmar y entonces te darán un generador de claves"
Y te vas de alli con todo un arco iris de formularios que no sabes donde tienes que dejar ni qué hacer.
Pero a mi lo que me hace gracia es que hasta que no les formulas una pregunta convencional, con su entonación característica y sus símbolos de interrogación ellos no te dicen nada.
En españa tu dices "buenos días..." y enseguida te contestan "Si lo que quiere es abrir una cuenta, dejeme el DNI, para sacar dinero es aquel mostrador, si lo que le preocupa es el calentamiento global aquí tiene el número de greenpeace y por último que sepa que si come alcachofas y bebe agua ésta le sabra dulce". Son dos métodos válidos,y aunque es verdad que el español supone un derroche de energia/saliva considerable, sin embargo, será que estoy más acostumbrada pero a mi el sistema noruego no me acaba de convencer.
Y me pregunto muy seriamnte por qué serán así. He elaborado la teoría absurda de que quizás aquí hace siglos había mucho graciosillo que decía "Oiga, para abrir una cuenta..." y después de toda la hiperexplicación añadía muy ufano "Ah, pues cambieme este billete de 50 en 5 de 10", porque vaya, otra cosa no se explica.
Y no es sólo los bancos, es la universidad, el registro, el autobus, el preguntar direcciones a la gente por la calle (porque ni con tu mapa en la mano y diciendo el nombre de la calle les vale, tienes que añadir "¿cómo voy?").. vaya, que cómo tengas que ir a hacer recados puedes acabar completamente exasperado.
Porque la cosa es que ellos contestan sólo y exclusivamente a las preguntas que se les hace...y al final te sientes como en un interrogatorio en tercer grado pero sin tortura -"para quedarme un semestre más...¿Qué tengo que hacer?"-"Enviar un fax" -"¿Y dónde tengo que enviar el fax" -"A este número" -"Y tengo que enviar algo más?" -"Sí, un formulario rosa y uno verde...."
Lo que me temía.

domingo, 14 de octubre de 2007

Encuentra las 5 diferencias...

Hoy he visto por primera vez la televisión noruega. Estaba encendida en una de las habitaciones del hotel en que trabajo y me resultó chocante que despues de dos meses en este país todavía no hubiese visto ninguno de esos aparatos encendidos.
Y es que aquí hay menos. Nada de eso de ir a cualquier bar y encontrarte una tele encendida a cualquier hora, con futbol, preferentemente, pero en su defecto con "las operas jabonosas" (me apetecía esta traducción libre del inglés, porque desde luego esos programas hablan de todo menos del corazón....)teletubbis, lunnis, noticiosos noticieros o inverosímiles teleseries interminables.... nada. No quiero decir que aquí la programación este compuesta en su totalidad por la versión noruega de los documentales de la 2 y "Redes" (porque por lo poco que vi hoy tienen una especie de "la isla de los famosos" que se llama algo de robinsones, apelando a la creatividad característica del género) sino que la vida de las personas no parece girar tanto en torno a la caja de luces y sonidos.Y es que aquí para tener tele hay que pagar un impuesto. Pagas dos veces, según me han dicho: por tener el derecho de tener un aparato de televisión y por tener el derecho de ver el canal "público" noruego. En ambos casos la cantidad es bastate ridícula, una cuota anual pero vaya... Además ahora se están planteando gravar también la posesión de antenas parabolicas y demás chismes.
Y es que este es un país en el que los derechos básicos están garantizados pero todo lo que pueda considerarse capricho será considerado como tal con los que eso significa a efectos de impuestos, como el alcohol o el tabaco, que son carísimos (más o menos de entre 5 a 10 veces su valor en españa). Pero por otro lado aquí la vivienda cuesta lo mismo que en Barcelona, y los estudios universitarios son más baratos. Y no sólo eso sino que además aquí el Estado concede préstamos a los estudiantes, ellos se comprometen a devolver el dinero una vez acabada la carrera, pero si aprueban año por año la cifra a devolver va disminuyendo. Vaya, que si estudias bien el estado te va perdonando poquito a poco la deuda hasta que, cuando terminas, ésta es de un tercio de su valor inicial, o incluso menos. O lo de los profesores universitarios, que cobran un plus por cada alumno presentado a examen (por cierto, hablando de todo un poco, aquí los examenes no te los corrigen tus profes, pero es que mientras los haces tampoco te vigila el personal docente, sino jubilados....medida que me parece muy inteligente, y que pone en evidencia la manía que tenemos en españa de utilizar licenciados para realizar tareas de portero/aux. administrativo/chic@ de los recados...)...
¿Y todo esto a qué viene? (intento desesperado de dar sentido a este pupourri de anécdotas) puess a que esto es otra cultura, y piensan diferente, y a veces se te olvida y te despistas y en cuanto te despistas te das cuenta de que no les entiendes para nada. Como yo, que cuando llegué estaba preocupadisima por una especie de código que había en todos los supermercados, así escrito en números grandotes, al lado del nombre....8-22(20). Creedme que me costó una semana darme cuenta que era lahoradeapertura-lahoradecierre (lahoradecierrelossábados)... o esas inquietantes cajas de metal en medio de las calles que ponen "Sand" (osease, arena) y yo, que lo más similar que había visto a eso son esas latotas que hay en los garajes para ser usadas en caso de pérdida de aceite o incendio pues me preguntaba muy razonablemente si era posible que aquí se extendiese algún fuego con toda el agua que cae del cielo y si la lluvia no apagaría las llamas antes de que fueses capaz de abrir la caja metálica. Pues tuve que preguntarle a un noruego para enterarme de que la finalidad de esa arena es deshelar las calles en las frias mañanas de invierno, impidiendo que te resbales y te rompas la crisma.
Y es que razonamos distinto, y son mas independientes, y ven menos la tele, y no tienen carrera de publicidad pero sus anuncios son muchisimo mejores que los nuestros, con diferencia...Se les coge cariño a estos glaciares con patas...

martes, 9 de octubre de 2007

Planeando viajes, futuros y otras minudencias...

Esta se propone ser una entradita corta, más que nada para no ir perdiendo la costumbre, pero lo de decir "seré breve" todos sabemos que es como una maldición que te condena a mentir y a empezar a enrrollarte y a irte por los cerros de úbeda, cerros en que por cierto nunca he estado, exactamente igual que me esta pasando a mi ahora asi que, directa al meollo.
La mayoría de la gente que estamos aqui no elegimos noruega de forma racional, pero una vez aquí hemos decidido que ya que casi no estudiamos (por eso de que Bolonya está bien implantado y tal) ni tampoco trabajamos en exceso, ya que trabajamos la mitad que españa y ganamos mah o menoh el doble, y que como la avaricia rompe el saco y comprarse un saco nuevo aquí es demasiado caro pues... que en vez de ahorrar nos vamos a ir de viaje por este magnifico país. (vaya si me enrollo, creo que voy a borrar lo de que la entrada será corta)
Asi que para la semana que viene estamos planeando un viaje a Stavanger, ciudad que según mi amiga Marla-la-friki, tiene nombre de arma del Final Fantasy (a mi ni me preguntes). Creo que salvando las distancias viene a ser como el Benidorm noruego, por lo de que tiene playa y eso. Está un par de fiordos más abajo de Bergen y, ademas de las playas, tiene una roca muy curiosa que está ahi encajada entre dos "acantilados" muy mona ella.
Asi y todo ya os contare cuando vuelva porque por ahora sólo se el precio del alquiler del coche y de un par de cabañas por ahi perdidas (no excesivamente caro, si sois bastante gente para compartir sufrimiento) pero, a pesar de que intento disimularlo, no tengo ni idea de qué hay en Stavanger o qué deja de haber (excepto de la roca y las playas, claro).
Y el caso es que estoy escribiendo porque me apetecía contaros que me voy a quedar en Bergen el semestre que viene, porque tengo una asignatura chulísima del Cine de los Paises del Este en Vias de Desarrollo (el subtitulo podría ser "cuando los planetas estan alineados y los patos de cuello corto graznan al viento" pero parece ser que no, que con ese grado de rareza ya les va bien). Y además de pasarme aquí con créditos de libre elección, para el curso que viene vuelvo a españa, pero dejo mi carrera y me voy a meter a una licenciatura con pasarela, de esas que accedes desde cualquier primer ciclo de otra licenciatura... estoy dudando entre Comunicacion Audiovisual, Humanidades o Historia y Ciencias de la Música (pensareis: cómo se te va la pinza, sofía...y tendreis razón) más que nada para que me vayais aconsejando y sepais en que nivel de enajenación me encuentro, por ir calculando y eso...Eso si, una vez licenciada, sea en lo que sea, me voy a hacer una diplomatura en Teoría y Crítica de Cine que ya tengo yo fichada por ahí.
Desde luego, leyéndome soy digna hija de mi madre y nieta de mi abuela, pero qué es la vida sino un sueño...y los sueños, sueños son.

jueves, 4 de octubre de 2007

Y a la octava semana...

Pues si señor, sigo viva.
La cosa es que ya, de tan poco escribir ya no se ni que contaros, pero me siento en el deber moral de aportaros noticias frescas como los salmones que se venden en el fish market (pero con mejor olor, a ser posible).
Sigo esperando que alguien, picado por la curiosidad de mis descripciones de un pais magnifico venga a visitarme, pero parece que sois un target muy exigente y que voy a tener que esforzarme más para conseguir "persuadiros" (palabra del vocabulario publicitario que viene a significar: engañar vilmente).
Tengo trabajo, y me direis, pues me alegro mucho, y teneis razón, esto no es una información mu importante, pero le da sentido a mi historia. El caso es que por habitante de la UE, los muy extraños noruegos no me piden permiso de trabajo, se ve que se apiadan de nosotros... lo que sí te piden es cuenta bancaria y taxes card, para que pagues impuestos. Los impuestos son en torno al 30% del sueldo para mí que tengo el salario mínimo, no te digo na y te lo digo to, pero claro, así tienen el sistema social que tienen...si ya os decía yo que esto viene a ser como un estado comunista-capitalista, es algo muy curioso.
Asi que para arreglar todo el papeleo la menda se fue por la mañanita a la urbe y se puso a pelearse con los del banco porque parece mentira que les cueste tanto darte un número de cuenta, si con la poquita gente que hay en el país les tienen que sobrar combinaciones numéricas a tenteporrillo... pero nada, que lo he pedido hace un mes y pico y todavía no lo tienen. Pues nada, me dije, truncadas mis esperanzas en la efectividad burocrática noruega que parece ser que no se diferencia demasiado de la española (salvando algunas sutiles diferencias) pues me decidí a pasear un poquito.
Y es que el cambio climático llega a todas partes... Esto de usar tantos sprays, tantos coches y calefaciones hace que ahora hasta noruega tenga una temperatura agradable (en torno a los 11 grados diurnos) y que cuando sale el sol, como ha pasado esta última semana, se de cuenta uno de que dios se esmeró bastante al construir esta parte del mundo. Y ni corta ni perezosa otra vez de paseo al barrio que a mi me gusta. Y es que es una preciosidad. En el extremo de la "peninsulilla" hay un parque, donde está el ácuario y fue llegar y se me saltaron las lagrimas. Es de un belleza...y te sientas y todo está marron, y rojizo, y oyes el zumbido del puerto y ves las casasitas de colores incrustadas y es una pasada. Y caminando por las calles adoquinadas de forma irregular, para impedir que te resbales y te caigas, ves el interior de las casas a través de esos cristales artesanales (que no se por qué razón aquí tienen cristales como las casas antiguas, de esos que estan ondulados y cuando miras por ellos y mueves la cabeza parece que las cosas tengan olas...) y te apetece quedarte a vivir aquí por toda la eternidad y tener una de esas cocinas luminosas como las de IKEA y llevar a tus hijos aquí al colegio.
Lo cual me conduce al tema de la educación en noruega. Yo no se cómo aprenden algo, te lo digo en serio. Hay un colegio llegando a mi universidad y ya nos hemos compinchado los españoles para hacer turnos "Cuandos vayas a clase por la tarde fíjate tú, que yo me fijo por la mañana" y asi y todo no hay manera, nunca hemos visto el patio vacío. Y es que se pasan el día jugando los mu condenados, y venga que si columpios, tobogán pa arriba, tobogán pa abajo... Y estan ahi al lado de la calle, y la reja me queda a mi a la altura de la cintura, cosa impensable en españa, donde además de altos muros, puertas blindadas y rejas en las ventanas de los colegios están planteadose el alambre de espino y la torreta de vigilancia.
Y los pequeñitos? esos son un primor. Siempre los ves por la calle, con una profesora (suele ser mujer) para cada tres niños. ¡Una para cada tres niñ@s! eso es el paraiso! y además, para su seguridad llevan todos chalequitos reflectantes..sí,sí, como los que es obligatorio llevar en los coches, pero talla XXS...vaya, que les faltan los triángulos de señalización y poco más. Son una ricura con sus botitas de agua de colorines.
Además mi residencia está al lado de una escuela Rudolf Steiner y lo mismo... y luego te los encuentras que hablan tan bien inglés todos, y se sacan unas carreras tan dificiles y parece mentira que les haya quedao tiempo a los profes pa enseñarles algo entre tanto quita y pon chaleco reflectante.
En el instituto no se lo que pasará pero desde luego en la Universidad si que se lo montan bien. Tienes un syllabus, que viene a ser un programa de clase en el que sale las lecturas de las que se va a tratar cada día. Tu eso te lo lees ANTES de ir a clase, y lo haces porque en clase sois...20-30 personas como muchisimo...yo en la mía somos 12, así que olvidate de las cabezaditas. Tendrías que ver las orlas, son en un A4. Y luego, aquí si que te deja horas de trabajo autonomo. Tu llegas a clase en plan "debate" con el profe sobre el texto que te has leido en clase. Te manda un trabajo y te estas 2 semanas sin clase para que lo hagas. Luego se lo entregas y vuelta la burra al trigo. Vaya, lo que viene siendo un plan Bolonya bien implantao,
Y así se educa a la gente de este país, que no roban, no se cuelan en los buses, pagan la mitad de su sueldo al estado y no se consideran en el derecho de romper las aulas/el transporte público, etc...si al final los niños tendrán que jugar más.

viernes, 31 de agosto de 2007

Peer Gynt y la vida nocturna en Bergen

Si el otro día fui a un concierto de la Grieg Akademiet (gratis), ayer le tocó el turno a la Bergen Filharmoniske Orkester dirigida por el maestro Andrew Litton también por mi cara bonita, o más bien por ser un concierto de bienvenida a los nuevos estudiantes. Parece que se pelean por que nos culturicemos, cosa muy comprensible por otro lado, porque pa eso estamos.

El concierto era en el Grieg Hallen, un edificio horroroso, bueno, no tanto como la torre Agbar de Barcelona sino más bien tirando a una caja de zapatos, pero que por dentro está genial. Según entramos por la "B inngang" nos encontramos con todos los músicos, ahí mismo, que casi tenías que esquivar los contrabajos para entrar, lo cual de buenas a primeras causa un poquito de impresión porque primero crees que te has equivocado de puerta y luego que te van a hacer tocarte unos temitas o algo, en compensación por haberte invitado. Pero no, ni lo uno ni lo otro, lo que pasa es que no tienen escenario, el graderío acaba directamente en el suelo y ahí empieza el territorio de los artistas, el mismo que tu pisas para entrar, porque aquí lo de la igualdad lo tienen muy en cuenta, y por lo visto no sólo la de géneros.

En primera fila estaba el alcalde de Bergen. Se le reconoce facilmente porque lleva siempre al cuello un pedazo collar de oro con incrustaciones muy poco discreto. Me pregunto seriamente si también anda cargando con las llaves de la ciudad. De hecho he encontrado una foto suya en google para que podais apreciar a que tipo de abalorio me refiero. En realidad no me parece una mala técnica, porque, quitando que es un poco inútil y debe de ser bastante incómodo, con quitarte el collar ya practicamente vas de incógnito. Además, ¿Quién va a fijarse en tu programa electoral con semejante pingajo colgando del cuello?.
Bueno, el concierto empezó tras un breve discurso del alcalde en el que no hizo más que hacer bromas sobre la meteorología en Bergen (si ya os digo yo que aquí son muy risueños, el otro día una empleada del banco se estuvo riendo DE mi porque no encontraba mi cartera, que dices, señora un poquito de respeto que ya se que ustedes son gélidos y hay que aprovechar sus momentos de hilaridad, pero eso no le da permiso a reirse de mi caos personal... en fin serafín).
Ah, una breve acotación para mi primo: Pablo, tienes que conseguir entrar en esta orquesta. Tienen un saxofonista, que estoy segura que cobra de miedo, y el pobre no hace casi nada. De hecho él y los fagots son los únicos que tienen cabecero en la silla, así como con orejeras supongo que para evitar que se les caiga la cabeza cuando se duermen mientras los violines están ahí dándolo todo, que queda poco elegante.
A estas alturas estoy segura de que ya sabeis de qué compositor era una de las obras que tocaron. Exacto, tuve el placer de escuchar la suite de Peer Gynt de Edvuard Grieg en su ciudad natal y de descubrir que todos conocemos esa obra, porque la hemos oido miles de millones de veces, lo que pasa es que no la tenemos identificada (hablo en plural pero me refiero a mi, es por no sentirme tan tonta). En realidad me gustó mucho, y es muy buena experiencia ir a un concierto de música clásica, en serio. Si hace mucho que no vais a uno, id. Además aquí con esto de estás casi, casi al lado de los músicos, cuando se volvían medio locos ahí con el Allegro y se levantaban todos los arcos de los violines como si del cuadro de las lanzas se tratase, notabas en la cara el vientecillo que provocaban con sus enérgicos movimientos. Nada comparable a un CD, no señor.
Luego tocaron un par de obras para violín y orquesta de mi muy deprimido Chaikovski. Cada día creo más en serio en esa melancolía endémica del pueblo noruego que ahora se manifiesta en los abudantes darkies que habitan estas tierras, es más, casi estoy por asegurar que vivo en un país de emos (para más información veánse tribus urbanas, o si no http://es.wikipedia.org/wiki/Emo). Por cierto, el solista movía los dedos tan rápido y tenía unos zapatos tan relucientes... (no tienen nada que ver entre sí estos comentarios, pero las dos cosas me llamaron la atención casi por igual). Luego un cantante llamado William Hut estuvo untándonos los oidos con leche condesada un ratito...por dios, podía haberse quedado en casa, que cosa tan empalagosa, sonaba a Disney por todos lados. Y ya para acabar y enmendarlo, los alumnos de la Grieg Akademiet (que ya son como de mi familia de tantas veces que los estoy viendo) interpretaron una opereta de Strauss, muy simpaticotes ellos.
El caso es que me gustó muchísimo el concierto (tiendo a olvidar la intervención del cantante calvo y sus golpes de micro...que repelús) pero quiero hacer una advertencia a toda la población mundial: ¡¡ NO SE APLAUDE ENTRE MOVIMIENTOS!!. Se espera uno a que acabe la pieza. Es algo que todo el mundo debería saber y que yo agradezco mucho el día que mi tio me hizo un poquito más culta y me abrió las puertas a una nueva manía. Ahora me parece que queda fatal además de demostrar cierta incultura. Eso y clases de vida doméstica es lo que falta en los sistemas educativos, mecachis.
Luego por la noche salí por primera vez por Bergen nocturno. Lo cuento muy resumido que ya me he enrrollao bastante con tanto concierto. La cosa es que los jueves la entrada es gratuita para los estudiantes, así que se intenta aprovechar para no arruinarte, pero aún así el taxi de vuelta hasta la residencia cuesta más de 20 euros, que os voy a contar. Partimos de una base, aquí no hay regetón. Es algo lógico pero me sigue fascinando. De hecho ayer nos pasamos la noche en un bar que en la sala de abajo en vez de tener un Dj tenía a un pianista-cantante que cantaba, principalmente (excepto cuando nos dedicó la bamba...) rock cincuentero. El local muy bonito pero aquí la gente baila fatal. Qué poco ritmo, en serio, además tienen mucha tendencia a caerse en el momento en que mejor están bailando. A lo mejor es para celebrarlo, como los futbolistas. De hecho intenté enseñarles a unos noruegos a bailar la macarena (no intenteis darle sentido a mi comportamiento, la pusieron y era lo suyo) y telita...me estuve mi buen cuarto de hora diciendo "Rigth hand, left hand, right hand..." y ni con esas, pero aprecian tu interés y valoran mucho tu incipiente sentido del ritmo, porque además lo envuelven en un halo de hispanidad latina y al final poco más y te sientes como Jenifer López por saberte el aserejé.
Me lo pasé muy bien, es un día para repetir.

martes, 28 de agosto de 2007

Los autouses de Bergen

He aquí mi humilde descripción del servicio que todos los días me trasporta, varias veces, de la colina y ex-granja Fanftof a la metrópolis de Bergen.
Aquí los autobuses urbanos tienen asientos como los del ALSA, así peludos y con apoyabrazos, se entra tanto por la puerta delantera como por la trasera, porque una cosa es esencial que entendais, aquí nadie se cuela. Y no sólo es que nadie se cuele sino que no se les ocurre pensar que a alguna mente retorcida se le pase por la cabeza tamaña fechoría, así es que tu te subes por tu puerta trasera, donde te encuentras una maquinita que valída tu abono mensual, y santas pascuas. Porque claro, en el reglamento te advierten de lo que pasa si un revisor te pillase sin tu abono validado, pero vaya, que eso y ná viene a ser lo mismo, que aquí los revisores son como los notarios en España, que nadie los ha visto y se duda de su existencia.
Los autobuses modernos están provistos, además de aire acondicionado individual para cada asiento y luz de cortesía (vamos, lo que viene siendo un ALSA) de un botón para solicitar parada para cada pareja de asientos. Pero los más antiguos tienen un sistema que a mi me encanta que consiste en un par de cuerdas a ambos lados del autobus que lo recorren entero. Y esa cuerda, de la que cuelgan asas-tiradores es su sistema de solicitar parada (o Pa Gjensny que se viene diciendo en noruego), y el caso es que a saber por qué me recuerda a esos tranvías antiguos con jardineras de los que tanto oí hablar y en los que jamás subí, no se, asociaciones que hace una...
Además aquí se sienta todo: se sienta la gente, se sientan los bolsos, se sientan los perros (basado en hechos reales)y ningún problema, eso no parece infringir el reglamento, aunque ni los bolsos ni los perros paguen el viaje, a menos que insistan, claro está. Lo que sí está prohibido, como bien indican los dibujos de las pegatinas en las ventanas, es comer: helados, perritos calientes y hamburguesas, así como patinar, fumar y beber bebidas espumosas. Eso sí, tu plato de spaghetti no parece que venga contemplado, asi que no creo que tengan mayor inconveniente en que te los vayas comiendo.
El caso es que aquí los buses se paran, te adelantas y levantas la mano, porque si no siguen de frente. Además los conductores (que me han dicho que cobran 5.000 euros al mes y que además andan escasos de ellos) parecen conocer sólo dos pedales y siempre te bajas de allí entendiendo perfectamente como se siente el badajo de una campana. Eso sí, bruscos conduciendo pero "polites" como pocas cosas. El otro día se pusieron a hablar unas chicas que estaban dentro del autobus con otras que se acababan de bajar... pues creeos que hasta que no acabaron la conversación el conductor no cerró las puertas, por no interrumpir, y los demás nada de quejarse, que el derecho de expresión está garantizado por la constitución.
Y gracias a este magnífico servicio llego cada día a mi facultad (de humanidades) en la Sydghaenlfjnkskjnfc (se ha notado que me he inventado el nombre? es que es impronunciable, pero las dos primeras letras son correctas) skole, donde hoy ha tenido lugar mi primera lección de noruego. Por ahora me he reido muchísimo con las vocales y aunque se casi casi el mismo noruego que antes de entrar por la puerta ahora tengo más claro quién soy y de dónde vengo (en serio, las primeras lecciones de idiomas son muy ridículas y bastante inútiles, mejor te enseñaban a decir "no te entiendo..." "no se hablar tu lengua..."). Así que considerando que sólo me queda por saber hacia dónde voy creo que las clases de noruego pueden ser algo muy positivo para mi realización personal.

domingo, 26 de agosto de 2007

Comentarios ociosos para un día ocioso

Voy a tratar un tema poco común y en apariencia poco importante pero que ha marcado mi día de hoy: el cartelismo en Noruega.
Aquí, como en todas partes, hay anuncios gráficos de diversos tipos. La primera diferencia sustancial con España es que aquí las gráficas comeciales (lo siento pero para una palabra cuasitécnica que puedo utilizar me vais a perdonar la pedantería) son buenas y escasas. Nada de grandes vallas publicitarias por todas partes, ni banderolas (típicos carteles que cuelgan de las farolas, muy utilizados en época de elecciones), ni opis (esos soportes publicitarios tan abundantes en nuestro país y tan asequibles a la hora de pegar chicles a la altura de la nariz de la modelo). Aquí he visto contados anuncios gráficos y son de muy buena calidad. Me gusta especialmente uno de una gran librería que para anunciar sus libros a mitad de precio te pone la cara de Ibsen pintarrajeada a bolígrafo, con un parche de pirata en un ojo, los labios perfilados y unas pestañas cual protágonista de la naranaja mecánica. Y lo mejor es que nadie se queja. Vamos, me imagino yo que a algún publicista atrevido se le ocurra perfilarle los labios a boli a Cervantes y ya está liada la polémica, y eso si algún juez no le pide algún que otro año de carcel, por indecente. Así que sí, los nordicos, aquí donde los veis con su cara de perro mojado, son muy iconoclastas y no es escandalizan por casi nada.
El caso es que este tipo de anuncios son muy pero que muy escasos (de hecho haciendo memoria solo recuerdo haber visto 4 anuncios gráficos...intentad contar vosotros los que habeis visto hoy). Pero sin embargo los que son muy abundates son los anuncios "particulares", por así decirlo (aquí ya se me acaban los tecnicismos, qué esperabais con estos planes de estudios modernos). Y no me refiero a los anuncios de "se vende bici en buen estado", que también los hay, especialmente en los ascensores de mi residencia, sino a los anuncios de la programación de los distintos locales -nocturnos- de Bergen. Si bien no hay opis hay bastantes de esas estructuras de cuelgue-aquí-su-anuncio y si no da igual, porque la ciudad entera está empapelada de un montón de carteles, al cuál mejor diseñado, dicho sea de paso, diciendo que pasa hoy en The Hule (la cueva) Montana Bar, Garage, o cualquier otro bar o café de la ciudad.
La verdad es que el diseño gráfico es muy bueno, incluso para anunciar la actuación del grupo más desconocido en el bar más perdido, peeeero el diseño de la información... ay, eso ya es otro cantar. Te dicen quién viene/qué pasa y dónde, y ya. Vamos, que esta gente es tan escueta que no me atrevo a coger un periódico por miedo a que sólo escriban titulares. Nada de precios, nada de horas, nada incluso de direcciones del bar, tú sabes donde está igual que te sabes la tabla del 9, estaría bueno. Y dices tú, bueno, quizás son tan modernos que es que hay que buscarlo en su página web, porque como aquí son tan desarrollados... Pues nada, aquí ningún bar tiene web y estoy segura que de tenerla tampoco dirían mucho más.
El caso es que por culpa de esa manía noruega yo intenté ir a un concierto hoy dos veces para acabar de vuelta en casa mojada y sin haber visto nada. La primera vez llegué a las 21:00 hora zulu tras haber encontrado en una página web que el concierto era a esa hora (porque, por supuesto, por el cartel era más fácil saber la temperatura en Basilea que la hora del concierto). Me presento en la dirección que también había encontrado en internet y me encuentro con que allí no había ni el tato. Una chica, que estaba hablando por el móvil, me dijo rápidamente que el concierto era a las 23 (hora zulu)...
Bueno, no pasa nada, no era una página web fiable y eso es todo. Así que vuelta para la residencia, a cenar algo para volver a bajar dentro de un par de horas. A todo esto los días de sol en Bergen han llegado a su fin y una lluvía constante amenaza con inundar toda la ciudad como si de mi baño se tratase, con lo que entre pitos y flatas una hora más tarde llegaba a casa bastante empapada pero resuelta y resolvida a que yo iba a ver ese concierto aunque tuviese que llegar en el arca de Noe.
Pero es que fue llegar y había un chico muy serio a la entrada, muy concentrado en su papel de guardian del umbral, que me dijo tajantemente que costaba 30 coronas ver el concierto.
Mira... 30 coronas son 3,75 euros, vaya, una chorrada, pero me encontraba tan desesperanzada que me di la vuelta y me volví a mi casa, a verme una peli gratis bajada del e-mule que empieza a la hora que a mi me da la gana.
Pero no penseis que me quejo, eh! (yo? quejarme? si soy la encarnación del espíritu estoico) así puedo contaros todo lo que aprendí de los autobuses en Bergen (claro, tanto parriba y pabajo) y un par de reflexiones y dudas absurdas que te surgen cuando te estas mojando. Pero eso ya os lo cuento en otra ocasión.
El caso es que me sorprende cómo llegan los noruegos a enterarse de las cosas. Porque claro, es imposible que todos tengan un colega que sea amigo del barman y sepa a qué hora empieza el concierto. Quizás, como los aborígenes australianos o los delfines, los noruegos tengan algún tipo de comunicación telepática o por ultrasonidos o algo así, porque si no...En ese caso sólo espero desarrollarlo pronto... anda que no deben ahorrar en móviles ni ná....

viernes, 24 de agosto de 2007

Apningskonsert

Desde la facultad de Humanidades (que no se por qué regla de tres es la mia) nos han comunicado que hoy en el Logen Teatre, situado en la plaza de Ole Bull, había un concierto "gratis" (palabra del noruego que en español quiere decir gratis).
Claro, eso aquí no es nada normal, aquí las bibliotecas públicas te cobran cuando te retrasas en devolver un libro y los conciertos de grupos de quinceañeros con espinillas muy lejos de ser conocidos cuestan en torno a unos 10 euros y subiendo. Así que ante la oportunidad de un concierto gratuito sin importar cómo ni de qué, hay que ir.
En este caso era el concierto de bienvenida de la Griegakademiet, y con saber el nombre ya sabeis tanto como yo de ella.
La sala de conciertos está bastante escondida detrás de un bar donde, parece ser tradición que las personas de edad madura se compren una copa de vino y los jovenzuelos una cerveza para ir bebiendosela durante el concierto. Tampoco me parece mala idea porque viendo lo retraidos que son por estas tierras al menos de esta manera las ultimas piezas las aplaudían con locura.
Me impresionó la forma de empezar el concierto. Salen al escenario los músicos, se sientan, y hasta aquí todo normal. Pero es que en vez de presentar la pieza, o ponerse a tocar, como sería lo propio, de algún lugar a mis espaldas (quedé tan sobrecogida que no me atrevía girarme para no romper la magia) se empieza a oir una voz de mujer, fina y limpia que parecía imposible que saliese de una garganta humana. Cantaba algo que sonaba como a una nana antiquísima, como a una canción de la Tierra Media, una especie de himno de una patria inexistente. El caso es que sin entender ni una palabra me quedé clavada al asiento y de esta manera consiguieron que yo, y el resto de asistentes cerraramos nuestras bocazas.
Tras una presentación en noruego que se me antojó larguísima y de la que solo entendí "folk" empezaron a tocar.
Yo pensé que sabía a qué sonaba el folk, vamos...soy asturiana. Pues desde luego nunca había escuchado el violín del folk escandinavo. En realidad muchas veces dudas que siga una melodía, y roza peligrosamente la disonancia la mayor parte del tiempo, pero consige arañarte el corazón. Los pies son esenciales, marcan el ritmo lento y contante mientras que el sonido del violín transmite una melancolía profunda, una especie de pena honda.
Después de escuchar las cuatro piezas de folk que tocaron (la última con voz, con la misma chica que había cantado al principio para hacernos callar) me dí cuenta de que estaba viviendo en medio de un pueblo que estaba triste, que llevaba siglos estándolo, que han vivido siempre guardandose la tristeza para si mismos, pero que de ese sentimiento eran capaces de sacar una belleza conmovedora. Pensé que quizás ahora la tasa de suicidio es tan alta porque han perdido la costumbre de componer folk.
Tras otras obras entremedio, de otros autores, como Albeniz, etc... llegó el momento que yo estaba esperando: Las obras de Edvard Grieg. Direis, pues que momentazo. Pues sí, porque si en Gijón todo se llama Jovellanos, aquí todo se llama Edvard Grieg. Y yo ya sabía antes de venir aquí que este buen hombre había compuesto Peer Gynt pero no conocía ninguna otra obra suya y ya me estaban entrando ganas de conocer el trabajo de tan ilustrísimo hijo de Bergen.
El caso es que se sube al escenario un jovenzuelo, de los que beberían cerveza si no fuese que está tocando y queda feo, con un traje dos tallas más grande que él (aquí lo de la etiqueta no parece que se lo tomen muy en serio, gracias a dios) pero que fue sentarse en el piano y todo le quedaba perfecto.
Por lo que pude comprobar Edvard Grieg era un ilustre compositor que se veía en la obligación moral de tocar todas las teclas del piano, supongo que para amortizarlo, cosa por otro lado de lo más normal porque si el kilo de tomates cuesta dos euros no quiero saber a cómo estarán los pianos. Eso sí, la ultima que tocó el hombre pequeño del traje grande, una mazurka, me pareció muy bonita, y también ahí se oía ese aire melancólico, cómo si echasen de menos algo que han perdido y que creen que nunca recuperaran.
Pero lo más curioso es que creo que no están desesperazados, simplemente tristes, no hay una queja o un reproche en su música, hay simplemente una pena limpia, muy pero que muy hermosa.
Hoy tengo la sensación de haber descubierto algo del pueblo noruego y creo que les quiero un poquito más.

jueves, 23 de agosto de 2007

Los disentes del Show de Truman

Ya que yo misma saqué el tema de la paradoja que supone Noruega voy a darle otra vuelta de tuerca.
Yo, todos los erasmus, y en general todo el mundo, tenemos una visión de este país como una ídilica tierra en la que la gente es cívica por naturaleza, los problemas parecen no existir y, en último caso, encontrar soluciones acertadas es lo más natural del mundo.
Y en cierto modo es verdad. Porque aquí tu te paseas por unas calles limpias, sin graffitis, que por no tener no tienen ni palomas. Sólo he visto una veintena en la plaza del Lago, con niños dándoles pan duro y quedaban hasta monas, así como decorativas. Además todos los coches, y cuando digo todos son todos, frenan en los pasos de peatones incluso antes de que los peatones lleguen a ellos, lo que en ocasiones hace que te averguences un poco de que en tu país sea necesario un palitroque con lucecitas para conseguir el mismo efecto, y a veces ni con esas. La inmigración es muy reducida, y son sobretodo de países árabes, pero es que hasta están bien situados económicamente (cosa por otro lado normal si tenemos en cuenta que si consigues un trabajo aquí el sueldo mínimo son 1.000 euros). Con esto no quiero decir que esto sea el Dorado y que sea llegar hacerte rico, sólo digo que no verás africanos vendiendo CDs pirata, o chinos con rosas o cosas similares.
De hecho el otro día saliendo del banco principal de Noruega, en NbdNor, que tiene un edificio precioso del siglo XIX al lado del Fish Market, me topé de frente con una curiosa estatua. Pegada a una pared, en una esquina de las escaleras de piedra que suben a la majestuosa puerta giratoria del banco había una figura de un mendigo, desclazo, mal vestido, mal sentado y con mala cara. Solo que era de bronce. No se si era para crearte cargo de conciencia tras salir con tus relucientes billetes recién sacados del cajero, al más puro estilo "cómetelaslentejasporlospobresniñosdeAfrica", o simplemente como algo histórico, como aquí tienen el museo de la Lepra (que lo tienen, en serio, en esta misma ciudad), pues la estatua al vagabundo.
Pero el caso es que sí existen vagabundos, y sí hay inmigración, y estoy segura de que hay algún comando especial del ayuntamiento encargado de envenenar palomas, pero el caso es que cuando se hace de día, parece que los problemas no hayan llegado tan al norte y siguien agolpándose en el sur.
Y de hecho hay yonquis, los típicos heroinómanos, iguales a los que ves en la plaza de Europa, y hasta tienen su propio parque, uno que está al lado de la facultad de informática, pero no es lo mismo....De hecho estoy por asegurar que dentro de unos años lo incluirán como un destino turítico de Bergen, ya lo estoy viendo "Junkiesplatz: La plaza donde se reunen periódicamente aquellas personas que a pesar de vivir en la sociedad ideal encuentran excusas para ser incívicos. Por el dinero de las limosnas puede visitar el auténtico barrio asocial de la ciudad ideal".
Y es que la tasa de suicidio es altísima, pero en las televisiones de los autobuses, con toda su tranquilidad pasan anuncios de "¿Depresión? ¿Esquizofrenia? Llame ahora a los psicólogos X y Z".
Vaya, que para tener un problema hay que definirlo como tal, y por aquí no parece que estén muy por la labor, total, mientras puedan obviarse o vanalizarse...

miércoles, 22 de agosto de 2007

Tras varios días de asueto...

Que bonito es Bergen.
Es muy curioso porque la ley básica y fundamental que parece regirse en este país es llevar la contraria al sentido común. Cosa que por otro lado me encanta, pero que a menudo resulta, como mínimo desconcertante.
Por un lado,lo que en España es barato aquí es caro. Hasta aquí todo normal, pero es que lo que en España es caro aquí es barato, por ejemplo, los kiwis, los aguacates, la vivienda... (estamos hablando siempre proporcional y comparativamente, tampoco os penseis que este es el paraiso de la fruta tropical).
Pero es que además después de pasearme por la calle más turística de Bergen, llamada Bryggen y más famosa que el tato (si quieres saber cómo es busca Bergen en imágenes del google y ahí la tienes, la de las casitas puntiagudas de colores) me quedé ligeramente decepcionada. Una calle, así de madera, más fea que en las mágnificas fotos que estás acostumbrada a ver y, sobretodo, llena hasta los topes de turistas comprandose gorros de lana y peluches de renos.
Sin embargo al día siguiente, partí gallarda en búsqueda del centro cultural de esta ciudad y me encontré con un hermoso barrio de pescadores, con estrechas calles adoquinadas, con las típicas casas de madera con fachadas escalonadas, coloreando el cielo gris. Vamos, una preciosidad (lástima de cable para las fotos). Y, lo mejor de todo, allí estabas a salvo de la gente y de los ruidos, sólo tú, caminando a la deriva en un entramado de calles silenciosas y vacías, respirando paz entre las húmedas paredes de piedra y musgo.
En fin, de lo mejorcito. Desde ese momento me enamoré de esta ciudad. El caso es que parece ser que los Noruegos muestran su cara más fea al público, les dan a los turistas los renos peludos y los gorros de lana que pican, y se reservan pequeños remansos de tranquilidad a tan sólo unos metros.
Y así parece que van las cosas. Se rien contigo en todos sitios: bancos, secretarías de las universidades, autobuses... los nórdicos definitivamente no son serios, simplemente es que nadie ha probado a contarles chistes. En general es una tierra introvertida, que sólo te enseña su mejor cara si se la buscas.
Ayer y hoy han sido dos días únicos en la historia de la ciudad. Ha salido el sol. Así que ha tocado hacer turismo.
Primero subimos con el funicular a Floyen (la o tiene un palito en medio pero yo no lo tengo en mi teclado). Es uno de los 7 montes que rodean la ciudad (que yo los cuento y me salen menos, pero ellos dicen que son siete y no vamos a ponernos a discutir) y tienes una vista de pájaro preciosa.
Ves el fiordo que parte a la ciudad en dos. Quedán así a un lado la famosisisma calle decepcionante Bryggen (tampoco está tan mal, eh! quejica que es una) y al otro lado mi barrio precioso, con el puerto y el acuarium. En el extremo del entrante nos encontramos, rey del fiordo, al eterno Fish Market, que como su propio nombre indica es una pescadería al aire libre. Cabe destacar que allí todos los trabajadores son italianos o españoles y que se vende salmón salvaje y carne de ballena.
Desde aquí, cruzando lo que sería el Passeig de Gracia de Bergen, con su centro comercial Galleriet, llegamos a la plaza de Olle Bull, fashion y elegante, y de ahí cruzando una plazoleta con un bucólico quiosco de música, nos encontramos ante el lago de la ciudad (porque aquí de construir fuentes nada, aquí al lago le ponen un par de chorros y arreando). Esta es la zona de la estación de autobuses y trenes, y de la biblioteca municipal (hermosa también, por cierto).
Y eso es lo que vimos desde Floyen, así muy resumidamente.
Hoy he estrenado mi nueva y temporal Universidad, que tiene un campus de edificios añejos (que no viejos) y camuflados en medio de la ciudad. Mi facultad tiene forma cuadrada y en el medio tiene un patio con una fuente que recuerda bastante a los claustros románicos. Vaya, como para inspirarte a meditar. La clase ya fue otro cantar. Una conferencia de un buen hombre, pero americano con lo cual mastica las palabras más que otra cosa. Poco le entendimos los pobres españoles, pero así y todo creemos que dijo cosas interesantes (sólo que no tenemos muy claro cuáles). Mañana volveremos a ver si ya nos vamos acostumbrando.
Pero es que hoy volvió a hacer sol. Y eso ya era demasiado, qué osadía. Así que después de ir a clase nos dirigimos ni cortos ni perezosos al "Fiordo del Lidl". Obviamente no ese su nombre, pero es mucho más fácil de aprender que el real, seguro. Está a 10 kilómetros andando desde la residencia y es precioso. El agua está fría, pero nada que no pueda soportarse y es curiosísimo porque a pesar de ser agua dulce (y me refiero a realmente dulce, casi azucarada) tiene un regusto salado muy curioso, por eso de que entra el mar y tal. Además el paseo para llegar allí merece la pena, las casas... o debería decir pedazodecasas, aparecen entre la vegetación como las setas.
Y así muy resumidamente es lo que se ahora de esta tierra que no sabía antes. En realidad se mucho más y muy interesante que no os voy a contar, os lo dejo ahí, para cuando vengais a conocer este pequeño mundo al revés donde lo caro es barato y lo secreto bonito.

sábado, 18 de agosto de 2007

La Fanftof

O lo que viene a ser lo mismo: mi residencia. Es un conjunto de bloques de edificios que tienen cierto toque franquista, bastante similar a los que puedes encontrarte en el muro o en la avenida de la constitución. Eso sí, por dentro todo es madera, faltaría más.
En el edificio principal que tiene 18 pisos, todo son habitaciones individuales, con su bañito y eso (el sistema de ducha inundable es común para toda la residencia) y comparten la cocina entre siete, lo cual les da derecho a un buen equipamiento tal como microondas, horno y otros lujos similares. El único inconveniente es que tienes que andar saliendo y entrando de tu habitación y caminando por el pasillo, con el consiguiente trajín de llaves y cerraduras que ello conlleva. Para evitarse disgustos aquí todo el mundo lleva colgada su llave al cuello con una cinta muy fashion que no evita que nos asemejemos bastante a una vaca con su cencerro (la cinta es cortesia de una Universidad de Bergen).
Luego está el bloque ancho pero bajito, creo que solo son seis pisos. Ese es el mio. Aquí tenemos un miniapartamento con dos habitaciones. Según entras tienes una especie de recibidor-pasillo-guardador de escobas que a la vez hace las veces de armario. Tras caminar dos pasos, de frente encuentras la habitación de mi compañera de piso rubinenca (Elena, para tu información se llama Noelia, y yo estoy más que segura de que os conoceis de vista al menos...) y a la derecha el famoso baño que no hace falta limpiar el suelo, como bien apuntó mi primo. A la izquierda accedes a la única sala de la casa. El salón-cocina-comedor-despensa-yloquehagafalta. En realidad es una cocina (dos fogones y nada más, olvidaos de hornos, microondas o, por supuesto, lavadora o lavavajillas) y una mesa con dos sillas. Eso sí, es mayor que la nuestra de Nil Fabra, más cuadrada al menos :) y no debemos olvidar que es todo buena madera, eh! nada de contrachapado, que para algo estamos en Noruega.
Y desde aquí a mano izquierda accedemos a mis dominios. Una habitación muchisimo más grande que la de nuestra querida Casa de la Felicidad, así y todo es más pequeña que la de Ester o Amanda, pero es que vaya, eso es una mansión. (y la mia es toda de madera, ya os lo había dicho?)Tiene una ventana que da al frondoso bosque de la montaña-colina que protege Fanftof, una mesa larguisisisisma con su silla (entendedlos, creo que intentan fomentar el estudio... ilusos), un montón de estantes (que tengo más que vacios, aunque no pude evitar la tentación de comprarme una plantita en IKEA y eso algo ocupa), una mesa, una especie de sillón (aquí hay que puntulizar que es una silla -de madera- con un par de cojines, como para justificar lo de que reciba el nombre de sillón) y mi magnifica cama con buen colchón y luz auxiliar de cabecera. Ah! y se me olvida el mueble que más me gusta de toda la habitación! Es una especie de mueble de 40 cm de alto pero de dos metros de largo, y que tiene cuatro cajones, así que además de guardar la ropa puedes utilizarlo de estante, mesa, banco. Pero es que además, si abres todos los cajones puedes "desdoblar" la parte superior, que tiene una visagra, y cual mesa de cocina, se abre y se transforma en una superficie -de madera- sobre la cual se coloca un colchón en caso de que vengan visitas. Si señores, es que creo que por aquí los nordicos lo del diseño de interiores lo tiene muy pensado.
Aunque esto está en medio de ninguna parte, así que los del supermercado de aquí al lado "Safari" se debe de forrar, porque además ponen los precios que quieren. Dicen que lo único barato ahí es la leche. Menos da una piedra.
Ayer fue la fiesta de "Finally Back" y abrieron el club Fanftof que viene a ser una discoteca que hay aquí en la residencia, con segurata y todo. Yo no llegué a entrar y a las 12 estaba durmiendo, pero me han dicho que no da para mucho y que normalmente está vacia.
Y eso es todo en mi nuevo humilde hogar. El único miniposter que cuelga de la pared de nuestra cocina es una torre de castellers, para que veais, y el padre de mi compañera de habitación es del Bierzo y estudió en Gijón, lo que viene a demostrar la teoría de que vayas donde vayas tu pasado te acompaña y que por muchos kilometros que recorras es casi como si no te hubieses ido. (Bueno, eso de casi habría que matizarlo pero bueno...)
Disfrutad del sol y los bajos precios! Creo que me voy a aprender a jugar a las cartas pero no estoy muy segura de ser capaz.

viernes, 17 de agosto de 2007

I wanna know... have you ever seen the rain?

Permiteme dudarlo. Eso pensaba yo hasta llegar a aquí, y llevo solo un día. Esto es caer y lo demás tonterias. No orbayu, no señor, sino una lluvia potente y persistente.
El caso es que caigan la cantidad de litros por metro cuadrado que caigan hoy me he pateado Bergen, he intentado matricularme (strike 1), he conseguido (después de un strike 2) sacarme la stundent card gracias a la cual viajar en autobus durante un mes me costará tan solo 45 euros ¡Velkommet till Norway!!(así y todo creo haber descubierto el principio fundamental de la economía noruega, recordadme que es lo explique en otra entrega).
Después, como me siento un poco guiri me he paseado por ahí y he hecho fotitos que no puedo colgar pork he dejado mi cable en vetetuasaberdonde. Por ultimo he ido a Ikea y ,si señor, soy mas pobre que hace tres horas pero tengo un edredón chimpón.
Y por si eso fuera poco, me he dedicado a mirar al pueblo noruego con el que me he cruzado. Son curiosísimos. Si hablan ingles tiene un acento perfectamente normal, pero cuando empiezan a hablar en su idioma materno les sale una voz que, si bien no llega a gangosa se asemeja bastante a la de shakira cantando. Y luego, al final de la frase o en medio, o en algunos lugares estratégicos, inhalan profundamente, como si les estuviese entrando una crisis de asma. Todavía no tengo muy claro qué significa o por qué lo hacen, porque cada vez que pasa me preocupo tanto por su salud que no me da tiempo a analizar el contexto en busca de la causa de tan extraño comportamiento. Así y todo creo que lo hacen algo así como para afirmar con mucha rotundidad, como por ejemplo cuando es España se dice "sisisisisis". En realidad creo que así es, y que se emocionan al estar tan de acuerdo contigo y se colapsan y tienen que tomar aire tras una emoción tan fuerte para poder continuar con su conversación. Así y todo ya os desmentiré o confirmaré esta primera teoría.
Bergen huele a pescado, la plaza principal se llama Ole Bull y no tiene nada que ver con la tauromaquia, las monedas de 5 y 1 coronas tienen un agujero en medio, como las antiguas de cinco duros y tienen caras de mujeres en los billetes. Hoy me parece que no tiene ninguna mala pinta, creo que influye el hecho de que dormiré con edredón.

jueves, 16 de agosto de 2007

Velcommet til Bergen

O algo así era lo que ponía el cartel del tunel de plastico que sirvió de puente entre el avión y el suelo noruego.
Curioso país. Desde el aire se parece bastante a Asturias, pero como si alguien la hubiese semi-inundado accidentalmente.
Aquí todo el mundo vive en casitas de madera, pintadas de colores. Principalmente pintadas de un color granate oscuro, que me han dicho es el color más barato. La gente deja los zapatos a la entrada, sea verano o invierno, y te saludan con un apretón de manos (incluso entre dos mujeres...que risa me da). Además la gente no tiene piscinas. ¿Para qué? les sobran los lagos. Así que ocupan el terreno de sus jardines colocando camas elásticas. Y no es broma. Muchisimas casas tienen camas elásticas redondas, con toda su red circunvalatoria a prueba de patosos, plantificada en medio del jardín.
Así que cuando llegas por el aire ves pequeños trocitos de tierra verde moteados por casitas de muñecas coloreadas y camas elásticas de color azul oscuro.
Y en esa tierra estoy yo.
Sólo que yo no estoy en una casita rodeada de flores y elementos circenses, sino en un pequeñísimo apartamento de una residencia de estudiantes.
Al bajar del avión el encargado de la compañía área, tran observar detenidamente la etiqueta de mi maleta pronunció un rotundo: "Fernandez. Habla español, supongo". Y cómo no, hablo español al igual que la mitad de la población aquí. Por lo visto entre inmigrantes y que los noruegos son tirando a perfectos y saben hablar a la perfección más de dos y tres idiomas, no me dio la sensación de ir a tener graves problemas comunicativos. El "De nada" del empleado que me cambió los euros a coronas parece confirmar mis primeras teorias.
Y una vez en la residencia, una chica española... de un lugar muy lejano que ha dado gente de gran calidad: Rubí. Sí señor, he compartido fiestas de Rubí con una persona con la que escasos dos meses después también compartiría cocina y baño en los fiordos Noruegos. Pa que veas.
Y riete tu de los 30 metros cuadrados del gobierno español. Aquí no hay ducha, vamos, no hay plato de ducha. Hay una ducha, y el sumidero está justo debajo del lavabo, y el complicado sistema de ducharse consiste en ponerse debajo de la ducha e inundar tooodo el suelo del baño, y luego preocuparse de limpiarlo, claro, que aquí todo el mundo es muy cívico. (ni pensar en tomar un baño, muchachos)
Y llueve, y llueve, y ya he colgado mis fotos y tengo una habitación llena de estantes vacios, y una nevera que me llega a la altura de la cadera y un teléfono que está colgado varios palmos por encima de mi cabeza, lo que me induce a pensar que estos noruegos piensan las residencias de estudiantes para enanos y gigantes, y así todos integrados.
Mañana me espera un duro día, mi compañera rubinenca dixit, de papeleos, matriculaciones y compras en Ikea, porque aquí las camas tienen un tamaño muy especial, estrecho pero largo, así que venga a comprar sábanas y edredones.