jueves, 23 de agosto de 2007

Los disentes del Show de Truman

Ya que yo misma saqué el tema de la paradoja que supone Noruega voy a darle otra vuelta de tuerca.
Yo, todos los erasmus, y en general todo el mundo, tenemos una visión de este país como una ídilica tierra en la que la gente es cívica por naturaleza, los problemas parecen no existir y, en último caso, encontrar soluciones acertadas es lo más natural del mundo.
Y en cierto modo es verdad. Porque aquí tu te paseas por unas calles limpias, sin graffitis, que por no tener no tienen ni palomas. Sólo he visto una veintena en la plaza del Lago, con niños dándoles pan duro y quedaban hasta monas, así como decorativas. Además todos los coches, y cuando digo todos son todos, frenan en los pasos de peatones incluso antes de que los peatones lleguen a ellos, lo que en ocasiones hace que te averguences un poco de que en tu país sea necesario un palitroque con lucecitas para conseguir el mismo efecto, y a veces ni con esas. La inmigración es muy reducida, y son sobretodo de países árabes, pero es que hasta están bien situados económicamente (cosa por otro lado normal si tenemos en cuenta que si consigues un trabajo aquí el sueldo mínimo son 1.000 euros). Con esto no quiero decir que esto sea el Dorado y que sea llegar hacerte rico, sólo digo que no verás africanos vendiendo CDs pirata, o chinos con rosas o cosas similares.
De hecho el otro día saliendo del banco principal de Noruega, en NbdNor, que tiene un edificio precioso del siglo XIX al lado del Fish Market, me topé de frente con una curiosa estatua. Pegada a una pared, en una esquina de las escaleras de piedra que suben a la majestuosa puerta giratoria del banco había una figura de un mendigo, desclazo, mal vestido, mal sentado y con mala cara. Solo que era de bronce. No se si era para crearte cargo de conciencia tras salir con tus relucientes billetes recién sacados del cajero, al más puro estilo "cómetelaslentejasporlospobresniñosdeAfrica", o simplemente como algo histórico, como aquí tienen el museo de la Lepra (que lo tienen, en serio, en esta misma ciudad), pues la estatua al vagabundo.
Pero el caso es que sí existen vagabundos, y sí hay inmigración, y estoy segura de que hay algún comando especial del ayuntamiento encargado de envenenar palomas, pero el caso es que cuando se hace de día, parece que los problemas no hayan llegado tan al norte y siguien agolpándose en el sur.
Y de hecho hay yonquis, los típicos heroinómanos, iguales a los que ves en la plaza de Europa, y hasta tienen su propio parque, uno que está al lado de la facultad de informática, pero no es lo mismo....De hecho estoy por asegurar que dentro de unos años lo incluirán como un destino turítico de Bergen, ya lo estoy viendo "Junkiesplatz: La plaza donde se reunen periódicamente aquellas personas que a pesar de vivir en la sociedad ideal encuentran excusas para ser incívicos. Por el dinero de las limosnas puede visitar el auténtico barrio asocial de la ciudad ideal".
Y es que la tasa de suicidio es altísima, pero en las televisiones de los autobuses, con toda su tranquilidad pasan anuncios de "¿Depresión? ¿Esquizofrenia? Llame ahora a los psicólogos X y Z".
Vaya, que para tener un problema hay que definirlo como tal, y por aquí no parece que estén muy por la labor, total, mientras puedan obviarse o vanalizarse...

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